lunes, 24 de marzo de 2008

Una nueva etapa: el impulso de espacios de articulación

01/01/20086- LA SEXTA DECLARACIÓN Y LA OTRA CAMPAÑA
Una nueva etapa: el impulso de espacios de articulación
Boletín Especial EZLN - Prensa De Frente en Chiapas - En junio de 2005, el EZLN volvió a sacudir el escenario político mexicano al lanzar un alerta roja, mientras realizaba una consulta a sus tropas insurgentes, a los comandantes y comandantas, a los responsables regionales y locales y a sus bases de apoyo. El resultado de la consulta fue la aprobación con un 98% de una nueva iniciativa política, expresada a través de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. "El 1º de enero de 1994 dijimos que queremos la democracia, la libertad y la justicia para todos los mexicanos, aunque más bien nos concentramos en los pueblos indios. Porque resulta que nosotros del EZLN somos casi todos puros indígenas de acá de Chiapas, pero no queremos luchar sólo por su bien de nosotros o sólo por el bien de los indígenas de Chiapas, o sólo por los pueblos indios de México, sino que queremos luchar junto con todos los que son gente humilde y simple como nosotros y que tienen gran necesidad y que sufren la explotación y los robos de los ricos y sus malos gobiernos aquí en nuestro México y en otros países del mundo", señala la Sexta Declaración, que convoca a formar La Otra Campaña, un espacio de articulación al que convoca “a las organizaciones políticas y sociales de izquierda que no tengan registro, y a las personas que se reivindiquen de izquierda que no pertenezcan a los partidos políticos con registro, para organizar una campaña nacional, visitando todos los rincones posibles de nuestra patria, para escuchar y organizar la palabra de nuestro pueblo. Entonces es como una campaña, pero muy otra porque no es electoral". "Tal vez unidos con otros sectores sociales que tienen las mismas carencias que nosotros, será posible conseguir lo que necesitamos y merecemos. Un nuevo paso adelante en la lucha indígena sólo es posible si el indígena se junta con obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados… o sea los trabajadores de la ciudad y el campo", expresó el EZLN. Entre agosto y septiembre de 2005 se realizaron encuentros con distintas organizaciones de la sociedad civil, en seis fines de semana. Las reuniones preparatorias reúnen a los indígenas zapatistas “con Organizaciones Políticas de Izquierda; con Organizaciones Indígenas y Pueblos Indios de México; con Organizaciones y Movimientos Sociales de Izquierda; con Organizaciones No Gubernamentales, artísticas, culturales, grupos, colectivos, etcétera; con Mujeres, hombres, ancianos, niños y niñas, a título individual, familiar, de comunidad, calle, barrio, o vecindad; con Otros (o sea los que no pudieron asistir en ninguna de las fechas anteriores)”. Las condiciones del diálogo estaban previstas en la Sexta. "El EZLN establecerá una política de alianzas con organizaciones y movimientos no electorales que se definan, en teoría y práctica, como de izquierda, de acuerdo a las siguientes condiciones: - No a hacer acuerdos arriba para imponer abajo, sino a hacer acuerdos para ir juntos a escuchar y a organizar la indignación; no a levantar movimientos que sean después negociados a espaldas de quienes los hacen, sino a tomar en cuenta siempre la opinión de quienes participan; no a buscar regalitos, posiciones, ventajas, puestos públicos, del Poder o de quien aspira a él, sino a ir más lejos de los calendarios electorales; no a tratar de resolver desde arriba los problemas de nuestra Nación, sino a construir DESDE ABAJO Y POR ABAJO una alternativa a la destrucción neoliberal, una alternativa de izquierda para México. - Sí al respeto recíproco a la autonomía e independencia de organizaciones, a sus formas de lucha, a su modo de organizarse, a sus procesos internos de toma de decisiones, a sus representaciones legítimas, a sus aspiraciones y demandas; y sí a un compromiso claro de defensa conjunta y coordinada de la soberanía nacional, con la oposición intransigente a los intentos de privatización de la energía eléctrica, el petróleo, el agua y los recursos naturales”. El 1º de enero de 2006 el Subcomandante Marcos -en su carácter de delegado Zero- inició un recorrido en motocicleta por buena parte del país, inaugurando la primera etapa de La Otra Campaña, dirigida a “escuchar y hablar directamente, sin intermediarios ni mediaciones, con la gente sencilla y humilde del pueblo mexicano”. Como parte de los diálogos con diversos pueblos, los indígenas mayas, tomaron contacto con la grave situación que viven los cucapá y los kiliwa, dos comunidades del norte de México que están al borde la extinción, tras siglos de persecución y despojos, a lo que se suma ahora la prohibición de pescar para subsistir, en su propio territorio. Enterados de la decisión de los kiliwa de dejarse extinguir, los integrantes de la Comisión Sexta del EZLN anunciaron el comienzo para abril de 2007 de la segunda etapa de La Otra Campaña en El Mayor, en el Estado de Baja California, momento en que desarrolló actos simultáneos en el norte del país, en recuerdo a Emiliano Zapata, a 88 años de su asesinato. La segunda etapa tiene que ver con las demandas concretas a través de las que “según lo que vamos escuchando y aprendiendo, vamos a ir construyendo, junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha, pero un programa que sea claramente de izquierda o sea anticapitalista o sea antineoliberal, o sea por la justicia, la democracia y la libertad para el pueblo mexicano”. El lanzamiento formal de esta segunda etapa fue escenario, en marzo de 2007, de un encuentro virtual entre los zapatistas, la Vía Campesina –que no integran, y con cuyos afiliados mexicanos han tenido profundas diferencias- y el Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, que acercó una carta de solidaridad ante las agresiones paramilitares a las bases de apoyo zapatistas, firmadas por militantes sociales y personalidades de la cultura de Brasil y Uruguay. Durante todo el 2007, La Otra Campaña trabajó por instalarse como una referencia nacional, que todavía no parece haber alcanzado completamente, a pesar de reunir una gran cantidad de colectivos autónomos de distintos sectores, prácticamente en todo el territorio del país. Entre sus luchas principales está la demanda de libertad a los presos de Atenco y Oaxaca, en un contexto de endurecimiento de la represión y aumento de la tensión política en México, agravada luego del triunfo –denunciado como fraudulento- del derechista Felipe Calderón Hinojosa (PAN) sobre Andrés Manuel López Obrador (AMLO), del centroizquierdista PRD.El EZLN sostiene una dura posición respecto a AMLO y el PRD, al considerar que lleva adelante “una política que no tiene nada de revolucionaria ni de democrática, ya no digamos de izquierda”. En los cuestionamientos, ocupa un lugar central la responsabilidad de integrantes del PRD en ataques a bases de apoyo zapatistas en Zinacantán, Las Margaritas, Altamirano y Ocosingo. Las fuertes críticas, explicitado durante la campaña electoral y luego de ella, provocó el distanciamiento de algunos sectores que en momentos anteriores apoyaban a los zapatistas, pero que ahora se mantienen al margen de La Otra Campaña. En paralelo al esfuerzo por seguir construyendo La Otra, durante el 2007 el EZLN continuó fortaleciendo sus vinculaciones con movimientos de pueblos originarios, a través de iniciativas específicas, a nivel nacional y continental. Entre el 11 y el 14 de octubre se realizó en Vícam, Estado de Sonora, el Encuentro de Pueblos Indígenas de América, en el que participaron una gran cantidad de pueblos originarios de México, Estados Unidos y Canadá, y en menor número, de Centro y Sudamérica.A nivel global, el EZLN impulsa la Zezta Internacional, que está coordinada pro el Teniente Coronel Insurgente Moisés y tiene como principal función continuar el diálogo -mantenido desde el Primer Encuentro contra el Neoliberalismo- con una gran cantidad de colectivos y personas que en los cinco continentes simpatizan con la política zapatista. Con este fin, en el 2007 se realizaron tres Encuentros de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. El último encuentro “intergaláctico” fue a fin de año en La Garrucha y estuvo reservado a las mujeres. “Aquí están presentes las compañeras presas de Atenco, aquí están presentes las compañeras presas de Oaxaca, aquí están también presentes las compañeras de Vía Campesina”, dijo la Comandanta Dalia el 28 de diciembre, en la apertura del “III Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, La Comandanta Ramona y las Zapatistas”, en el que todos los trabajos de ponencia, relatoría, traducción y demás participaciones fueron realizados exclusivamente por mujeres. “Para intercambiar cocimientos y experiencias de lucha, como mujeres que somos del mundo, para tener la libertad que tanto la merecemos y tener concretamente los derechos, para la creación de un mundo mejor. Por eso nos encontramos reunidas”. Fallecida en enero de 2006, la Comandanta Ramona es un símbolo de la lucha de hombres y mujeres zapatistas. El encuentro que lleva su nombre tratará sobre cómo están organizadas y sostienen la lucha las mujeres del EZLN, construyendo una de la experiencias de organización social más importantes del mundo.

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