Una vez pasó o pudo pasar lo que sigue y que se llama “Elecciones insólitas”.
No está convencido, no está para nada convencido. Le han dado a entender que puede elegir entre una banana, un tratado de Gabriel Marcel, tres pares de calcetines de nylon, una cafetera garantida, una rubia de costumbres elásticas o la jubilación antes de la edad reglamentaria. Pero sin embargo, no está convencido. Su reticencia provoca el insomnio de algunos funcionarios, de un cura y de la policía local. Como no está convencido han empezado a pensar si no habría que tomar medidas para expulsarlo del país. Se lo han dado a entender, sin violencia, amablemente. Entonces ha dicho, “en ese caso elijo la banana”. Desconfían de él, es natural. Hubiera sido mucho mas tranquilizador que eligiese la cafetera, o por lo menos la rubia. No deja de ser extraño que haya preferido la banana, se tiene la intención de estudiar nuevamente el caso.
sábado, 21 de junio de 2008
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